No importa cuál sea el rival. Este Atlético se presenta implacable en cualquier estadio y ante cualquier afición. Poco importa también la competición que esté teniendo cabida.
El conjunto rojiblanco no le hace el feo a nada, y va incansablemente, como no deja de repetir su técnico, “partido a partido”.
El conjunto rojiblanco no le hace el feo a nada, y va incansablemente, como no deja de repetir su técnico, “partido a partido”.
Sin duda el Cholo ha impregnado con su esencia el carácter indómito de un vestuario al que hasta hace no mucho apodaban “el pupas”. Un equipo con una ambición que no conoce límites, y que aspira a todo.
El vigente campeón de Copa se presentaba en el estadio Narcís Sala de Barcelona para enfrentarse al Sant Andreu, plantilla militante en la Segunda División B a las órdenes de Patxi Salinas. Un conjunto que viene demostrando el gusto por el buen trato del balón, con un juego de toque muy atractivo para el espectador. No obstante, y como es lógico tras ver el 0-4 final del marcador, sin el carácter y la intensidad suficiente para suponer siquiera un leve contratiempo para una escuadra de la entidad del Atlético de Madrid.
Así las cosas, el Cholo alineó un once equilibrado, claramente rotacional, dando descanso a figuras importantes del plantel habitual, pero manteniendo pilares importantes que diesen la hegemonía necesaria para que el partido no transcurriera por cauces no deseados. Debutó Aranzubía en la meta colchonera en partido oficial. Lo hizo bien, siempre correcto en la colocación, y con varias actuaciones de mérito sobre la hora de partido, con 0-3 en el marcador. Estuvo muy seguro, y demostró que experiencia no le falta para suplir con garantías a Thibaut Courtois cuando sea preciso.
Alderweireld acompañó a Godín en la zaga. El bueno de Toby demostró una vez más que se está acoplando perfectamente a las exigencias de Simeone, y cada vez se le ve más intenso y con más seguridad al cruce. En la salida de balón, volvió a evidenciar que es uno de sus puntos fuertes. Impecable en las aperturas a banda y en el juego interior, el belga camina decidido a formar parte activa de los éxitos recientes del club de moda en España.
- Koke controlando un balón durante el partido
Koke vio retrasada varios metros su posición habitual, ocupando una plaza en el doble pivote junto a Tiago. Más centrado al juego de salida de balón y mucho más centrado, contra el Sant Andreu se vio a un Koke más equilibrado, asumiendo el rol de sala de máquinas, dejando el apartado más resolutivo a jugadores como Arda u Óliver.
A propósito del turco, sin duda el jugador más destacado del encuentro. Suyos fueron el segundo y tercer tanto. El primero de ellos, sólo tuvo que empujar a la red un fenomenal servicio de Manquillo desde la cal de fondo. El tercero, una auténtica genialidad dentro del área, tomando por socios a Adrián y Raúl García, donde acabó inventando un genial recurso de tacón para darse la vuelta y perfilar el disparo raso con el meta prácticamente ya batido. Buen estado de forma del 10 atlético. Aunque no mejor que Raúl García, a quien hace nada dedicábamos unas líneas aquí en Deporteros. Un tanto más que sumó a su haber, haciendo el primero del partido. Gran pelota al corazón del área de Filipe con la que el navarro conecta de primeras con su pierna derecha y aloja en el fondo de la red. Sencillo, como él siempre lo hace. Jugó de punta junto a Adrián, y demostró que se le da bien eso de ser referencia atacante.
Pero sin duda, hablando de protagonistas, sería delito no hablar del partido de Javier Manquillo y Óliver Torres. Había ganas de que llegara el partido para, entre otras cosas, tener la oportunidad de ver sobre el césped a las dos promesas por excelencia del filial rojiblanco. La Copa es su competición, y cuajando partidos como el del sábado, seguro que irán sumando más oportunidades en todos los torneos. Manquillo estuvo sobresaliente en el lateral derecho. Está llamado a ser el dueño de la banda derecha del Atlético y de la Selección por muchos años. Muy correcto en la marca y cerrando espacios, su principal virtud la explota sobre la cal, subiendo la banda como si no hubiese mañana. Muestra de ello es la asistencia que brinda al gol de Arda, segundo de la tarde. Llega a línea de fondo algo forzado, lo que no le impide para levantar la cabeza y dar el “pase de la muerte” de manera milimétrica a la bota del turco. Madurando minuto a minuto, es cuestión de tiempo que se acabe haciendo con el puesto.
- Óliver Torres (vía grada360)
Por su parte, Óliver volvió a demostrar de lo que es capaz con su portentosa habilidad con el cuero sobre los pies. Partiendo siempre desde banda, el de Navalmoral de la Mata asume más responsabilidades. Cuando no deja un sublime destello de su ineludible calidad, se echa el equipo a las espaldas, y no permite que haya una sola acción de peligro que no haya pasado por sus botas. El futuro es suyo, y partido a partido lo demuestra.
Fue el partido para “los otros”. No obstante, el Cholo no conoce el significado de la palabra relajación. Por ello dio entrada a Diego Costa y David Villa. Quería que tuvieran sus minutos, y con el invento éste de programar la jornada copera para el fin de semana, no quiso tener más de una semana parada a su pareja goleadora. El Guaje aprovechó bien su tiempo sobre el terreno de juego, haciendo el cuarto con cierta fortuna en el rechace y ante la salida del portero.
El Atlético no se relaja. Sumido en lo más alto de las quinielas de la Liga y la Champions, parece que el vigente campeón de Copa no tiene intención de hacer feo a su condición. Que se anden con ojo, ¡que este equipo va a por todo!
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